Y también Yaks

Nuestra ganadería: pionera en la cría del yak

A mediados de 2021, tras varios años sopesando la idea, importamos unos jóvenes Yaks, con el ánimo de establecer el primer núcleo de cría de esta especie en nuestro país. Nos motivaba conocer la adaptación de la especie a la vertiente sur de los Pirineos, ya que era de las pocas montañas del hemisferio norte sin presencia de estos magníficos animales.

Cualquier persona que se haya interesado por estos animales habrá comprobado lo extraordinarios que son. Cuando los pudimos conocer de cerca nos cautivaron y decidimos intentar traerlos a nuestra granja, para contribuir a su difusión y al conocimiento de sus interesantes productos.

La palabra Yak procede del idioma tibetano que denomina yag o gyag al macho, mientras la hembra es llamada dri o nak.

 

El Yak (Bos mutus gruniens) es un bóvido doméstico originario de Asia Central y la Cordillera del Himalaya que habita altiplanos, estepas y fríos desiertos y donde todavía persiste su forma salvaje. Se cree que fue domesticado hace más de 3000 años, aunque el contacto con las diversas culturas humanas de su zona de distribución puede ascender a los 10.000 años (FAO, 2003). En la actualidad la forma salvaje se encuentra en grave regresión y es objeto de programas de conservación.

Es un pariente próximo de nuestras vacas, con las que puede hibridarse. El tamaño y peso del Yak doméstico varía según las condiciones de cría, pero se puede hablar de 250-350 kg. para las hembras adultas y 450-600 kg. para los machos. Los Yaks salvajes son notablemente más grandes.

El pelo largo, su pequeña joroba y la forma de su cola les diferencia de los vacunos. Su grueso manto de pelo, con una capa interior de pelo fino, ligero y muy cálido y otra exterior de pelo largo y basto, les aísla del frío de su entorno y es la base de su supervivencia en climas más extremos. La joroba es mucho más destacada en los machos. La cola parece una mezcla de una de vaca con la del caballo, y es característico que la mantienen erguida cuando corren excitados o asustados. También destacan sus largos cuernos que en los machos adultos pueden medir un metro, aunque hay animales genéticamente acornes. La capa suele ser oscura, marrón o negra, pero también hay animales grisáceos, blancos o manchados.

Es longevo, frugal, fuerte y resistente, adaptado a terrenos rocosos y empinados, aunque también se desenvuelve bien atravesando ríos y fuertes corrientes. Por lo general tiene un carácter muy tranquilo, sociable y confiado, pero tiene un fuerte apego a su manada donde rigen claras jerarquías. Por ello, se mostrará alerta ante los extraños, marcando con claridad su terreno.

Este extraordinario herbívoro, que se ha desarrollado en el "techo del mundo" con altitudes de hasta los 6.000 m., permite aún hoy la supervivencia de miles de personas. Es el único ganado capaz de sobrevivir en estas duras condiciones y proporciona carne, lana, leche, estiércol para su uso como combustible y fuerza para el trabajo agrícola y el transporte de personas y mercancías, constituyendo en muchos casos el único sustento y fuente de ingresos para muchas comunidades.

La FAO (2003) dice “El Yak debe ser considerado como uno de los animales domésticos más notables del mundo, ya que prospera en condiciones de extrema dureza al tiempo que proporciona un sustento a las personas”.

Los Yaks aprovechan eficientemente pastos bastos y pobres y también maleza y arbustos, buscando comida incluso bajo gruesas capas de nieve. Prefieren los climas frescos y los ambientes de montaña, pero hacen frente a los meses más cálidos buscando lugares con sombra y agua abundante.

La cabaña mundial de Yaks asciende a unos 15 millones de cabezas, aunque solo unos pocos miles se crían fuera de Asia. Se estima una población de unas 6000 cabezas en Norteamérica (Canadá y EEUU) y otras 3.000 en Europa, principalmente en Suiza, Alemania, Austria, Escandinavia, los Balcanes,.. Existen diversas razas y tipos de Yaks domésticos. Solo en China se reconocen oficialmente 12 razas (FAO 2003), con distintas características morfológicas. Fuera del área de distribución principal no se distinguen razas o variedades.

Los datos de entrada de Yaks domésticos en Occidente datan de antiguo, principalmente con objeto de estudiar su adaptación a pastizales fríos. Ya en 1793 se introdujeron algunos en Inglaterra y en 1854 llegaron diversos ejemplares a Francia (FAO 2003).
En los países occidentales su uso se dirige principalmente a la producción de carne y a la obtención de lana, fibra muy apreciada en los mercados internacionales.

El Yak es un animal de crecimiento lento y su cría y engorde suele realizarse únicamente a pasto. Ofrece carnes con poca grasa, aunque infiltrada, y baja en colesterol. Son carnes rojas, hechas, y con un ligero sabor a caza, ideales para guisos, salchichas y hambuguesas.

La carne de Yak tiene algunas peculiaridades como:

- Su color rojo intenso (debido al alto contenido de mioglobina como adaptación a las grandes altitudes, donde el contenido de oxigeno del aire es menor).
- Más baja en calorías que la carne de vacuno (1450kcal a 1850kcal por kg de carne muscular).
- Tiene un mayor contenido en proteínas, vitaminas y minerales. Es especialmente rica en hierro y zinc.
- Baja en colesterol y rica en ácidos grasos saludables (omega-3).
- Grasa más amarillenta que la de vacuno por su alto contenido en carotenos.

La lana es otra producción muy interesante, que tiene gran demanda en determinados mercados internacionales. Para obtener esta lana deben cepillarse en primavera, que es cuando se desprenden de su capa interior de pelo. Este pelo interior es una de las fibras más finas, cálidas y ligeras del planeta y empieza a ser muy apreciada en la industria de la moda, también como apoyo a las comunidades productoras del Tíbet y Mongolia.

El pelaje del Yak tiene varias capas y los protege de hasta temperaturas de -50º. La capa más exterior es larga y basta, que los aísla de la humedad, mientras que la interior, más fina y cálida, es la que se esquila. Esta lana tiene una finura extraordinaria, de entre 16 y 20 micras, que es lo que le confiere sus características únicas.

La leche del Yak tiene un alto contenido en grasa, aunque produce menos cantidad que las vacas, y se utiliza sobre todo para elaborar queso, yogur y mantequilla. La leche tiene un alto valor nutricional debido al elevado contenido en ácidos grasos insaturados (especialmente ácido linoleico conjugado) y su consumo resulta muy saludable. En Nepal existe una gran demanda local de este producto y crecen las exportaciones a países europeos.

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